Disfrutar con.

febrero 16, 2019

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“Cómo disfrutar de nuestros hijos”. Me imagino en el pasado cuando eran pequeños. Me traslado a esos años, leo esto y automáticamente me surgen un montón de dudas. ¿Realmente los disfruto? ¿Todo lo que debería? ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Podría disfrutarlos más? ¿El grado en el que los disfruto es correcto? 


Tú lees esto y la duda ya te la meten doblada. Y a un paso de la duda, llega la culpa. Visualizo esas tardes, esos deberes, esas extraescolares, esos baños, esas cenas, esos cruces de cables. Y no estaba sola. Éramos dos que compartíamos exactamente lo mismo. Lo digo para evitar temas de desigualdades. Yo con la desigualdad no me hubiera juntado.


No se disfruta de las personas. Se disfruta CON las personas. Y los hijos son personas. Disfrutar con alguien depende del momento, del día, de cómo esté yo y de cómo esté el otro. Y con los hijos igual. Porque ¿qué es disfrutar? Yo disfruto de una paella, una copa de vino en una terraza al sol. Disfruto de salir a hacer deporte cada mañana y ver cómo la ciudad despierta. Disfruto del verano, de reírme con mis amigas. He disfrutado jugando al escondite con mis hijos, disfrazándome con ellos, viendo una peli en el sofá, teniendo conversaciones con ellos. Pero no se disfruta siempre de los hijos. No se disfruta TODO EL RATO de algo que tienes siempre. Dame paella tres veces al día 365 días y verás lo que la disfruto.


A los hijos se les quiere y se les educa. Se tiene paciencia y se acaba la paciencia. Con los hijos a veces se ríe y a veces se llora. Hay días de sentir orgullo y días de mandarlos a paseo. Momentos de conversar tranquilamente y momentos de discutir. 
Debemos protegernos de esos cursos, talleres o loquesea que nos van metiendo la culpa dentro en un intento absurdo de querer ser la leche.


¿Disfrutas de tus hijos? Yo a mis hijos les ayudo y acompaño en sus vidas. A mis hijos los quiero. Los hijos están muy por encima del verbo disfrutar, aunque disfrutemos. Como todo lo importante de la vida.

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