Qué aburrimiento

enero 27, 2019

ginjol

A la gente le dices que tiene que aburrirse y se programa aburrimientos. Lo que oís. Que como el aburrimiento es buenísimo, me compro cuarto y mitad. Esta semana me planifico unos cuantos, que me sientan genial. 

Mirad si llevamos vidas aburridas que hasta tenemos que planificar los aburrimientos.  Porque no me diréis que hay que estar un poco perdido para obedecer a la necesidad de aburrimiento ajeno. ¿Qué es el aburrimiento? Pues eso, como siempre, dependerá de cada uno. Cada uno se divierte y se aburre a su manera.

Dicen que lejos de ser un handicap puede ser una oportunidad. Ya estamos con lo de siempre: las oportunidades, ser productivo, no perder el tiempo…produce mucho y cómprate un aburrimiento. Somos incapaces de hacer algo sin sacarle provecho. Y tú, ¿por qué haces esto? porque me da la gana, porque me gusta, porque lo he hecho toda la vida, porque no lo he hecho nunca. PORQUE SÍ. Lo importante de aburrirse es no pensar en oportunidades, en momentos de crecimiento, en producción industrial…no lo hemos pillado.

Todos estos que hablan de vencer el miedo de hacer cosas y ser valientes; esos de que la vida está fuera de la zona de confort, que todo lo bueno está al otro lado del miedo tienen pánico a no aprovechar CADA MINUTO de su vida, incluso los minutos de aburrimiento. Todo lo tienen que ver como una oportunidad. A todo le tienen que sacar provecho. Productivos siempre. Qué aburrimiento. A ver si la incapacidad de “perder el tiempo” es la que anima a hacer muchascosastodoelrato. A ver si esa incapacidad es la que hace que tengamos que planificar aburrimientos porque todavía no hemos entendido qué es esto de la vida. Como aburrirse es bueno, me aburro, pero que sea un aburrimiento consciente porque si no no aprendo. Un chiste.

Llevamos vidas tan aburridas que tenemos que planificar todo. Hasta el aburrimiento. Todo bien programado. La semana que viene he apuntado en la agenda aburrirme tres horas y media. Si al final tengo algo que hacer ya recuperaré horas de aburrimiento el fin de semana. Me sienta tan bien aburrirme…

El aburrimiento viene y se va. Cuando llegue te instalas en él y punto. Te dejas llevar, ya pasará. El aburrimiento no es solo momentos de no hacer nada (eso es gloria bendita, lo que todavía no lo saben), sino tener que hacer cosas que te aburren profundamente. Por ejemplo, yo me aburro cada día haciendo comidas y cenas. Y  tampoco pasa nada. Lo acepto con aburrimiento, palabrotas, y amor, mucho amor.

¿En serio tenéis que planificar tiempos de aburrimiento? Hemos matado la espontaneidad. Yo quiero que mi vida sea espontánea. Quiero cambiar de planes, que me llame un amigo y salir cuando ya estoy en el sofá. Cambiar el menú del lunes, pintarme los labios de rojo, salir a la calle en pijama, coger el coche para ir a ver una amiga porque me apetece verla. Vivir intensamente es ser flexibles y eso se lleva mal con tenerlo todo perfectamente programado. Si no lo tengo en la agenda no lo hago. La capacidad de improvisar bien es lo que me da el control que necesito para que mi vida sea espontánea. La improvisación es vida. Salirme del camino marcado por mí misma es vida. Probar, moverme, querer, apostar, caer, arrepentirme, mandar a paseo, quejarme, divertirme, aburrirme…todo es vida, mi vida.

Si te tienes que marcar espacios para el aburrimiento tienes un aburrimiento de vida.

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