El problema no es no llorar. El problema es creerse superior por no llorar. El problema es que llores y digas que no lloras. El problema es la obligación de ser fuerte.
Nos rodean un montón de seres vivos no humanos que presumen todo el puto día de ser fuertes y autosuficientes. Salen por la mañana a la calle compitiendo para ver quién es el más fuerte y autosuficiente. El que menos necesita a los demás. El que se basta a sí mismo. El que es felizdelamuerte solo. Aquel al que nada le afecta. Un servivonohumano con un fingido control de sus emociones. Un ser que presume de estar solo con un rollo altivo de prepotencia; que no necesita amigos, ni amor, ni familia. Autosuficiente. Autogilipollas, porque miente. Se miente. Nos miente.
Nos han convencido de que todos tenemos derecho a poner nuestra vida como ejemplo de algo ¿de qué es ejemplo tu vida? De nada, como la mía. A nadie le importa si ríes, lloras, vas o vienes. Y más si te crees y presumes de autosuficiente. Los fingidos autosuficientes, lejos.
Salimos a la calle a competir mintiendo. Pues yo os digo una cosa: el mundo así es una auténtica mierda. El cacacoachmensaje de “no basta con serlo, hay que parecerlo”. En todo.
¿No os cansáis de fingir ser tan fuertes?
También en el desierto.
He llorado de emoción muchas veces en medio de un mar, alejada de la costa. La emoción de llorar de felicidad sintiéndome parte minúscula de algo tan inmenso no la había experimentado con nada más. He acabado el año descubriendo que la inmensidad del desierto me...
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