Quien te habla de hueco no entiende de vida y, dicho sea de paso, pide a gritos que le mientas. Seguro que has pasado por alguna situación en la que si el de enfrente te pedía con cierto tonillo justiciero hablar de tus huecos le has dado a la imaginación. Todas lo hemos hecho. Lo que resulta increíble es que, a día de hoy, muchos no consigan entender que en los huecos hay vida, porque en el hueco sigues respirando y haciendo cosas, incluso más útiles y enriquecedoras que las tareas de muchos puestos de trabajo. Los huecos en el currículum forman parte de tu vida y ni es obligatorio contestar más allá de lo que te dé la gana ni está justificado ensañarse con el hueco.
No es fácil tener enfrente a una persona que llama hueco a momentos de tu vida. No es tarea agradable intentar justificar que esos espacios no están vacíos de ti, de tus decisiones, aprendizajes y valores. Es bastante incomprensible a estas alturas que alguien no entienda que las competencias de la vida no solo se adquieren en los puestos de trabajo.
Puede haber tantos huecos como personas y tantas justificaciones como huecos, todos ellos vividos desde la fortuna o la desgracia. Puede haber hueco por enfermedad o por cuidar a la familia, de la misma manera que puede haber hueco por haber disfrutado de una economía que permita marcarse un huecazo. Dime tú si no molaría tener un pedazo hueco de año sabático viajando por el mundo. Nada es malo ni bueno. Las circunstancias. La vida.
El hueco es currículum porque el hueco es vida, así que deja de llamarle hueco porque no es vacío, es mi vida, por algo en algunos países lo llaman hoja de vida. No todo se aprende trabajando. No todas las competencias se adquieren en el mundo laboral. Hay momentos vitales alejados de la oficina llenos de aprendizaje, de la misma manera que hay puestos de trabajo llenos de vacío. El trabajo, la profesión, el ocio, mi vida personal…tus huecos, mi vida.
¿Qué tal si dejas de preguntarme por qué y empiezas a preguntar qué aprendí en esos meses o esos años? Porque aprendizajes hubo, competencias desarrolladas también. Hubo éxitos y fracasos. ¿Te lo cuento?
Porque puestos a hablar de huecos también hay vacíos inmensos en la hoja de vida de algunos, incluso hay auténticos agujeros negros por culpa del currículum. ¿Cuántos huecos hay en tu vida? ¿Cuántas cosas no has podido vivir? ¿A cuántas cosas has renunciado por no atreverte a dejar ni un hueco en tu currículum? ¿Cuántas veces has priorizado lo prescindible? ¿Cuántas veces has dejado de vivir situaciones o momentos que no volverán jamás? ¿Cuántas veces te has puesto nerviosa por no saber qué contestar a la mente hueca de quien no entiende que todo es parte de tu vida? ¿Por qué me hablas así si el que no entiende la vida eres tú?
Ojalá se ponga de moda preguntar cuántos huecos de relaciones, de cuidar, de amor, de querer hay en los currículums ‘brillantes’. Esas vidas personales calcadas a un currículum laboral. Ese vacío mental de creer que el éxito vital es solo el laboral.
El currículum VITAE es un camino de vida porque la vida es un camino. Quien habla de hueco cuestiona la vida y te obliga a adornarla. Solo quien no habla de huecos es capaz de llegar a la persona, indagar en sus valores, querer conocerla intentando poner en valor su vida y sus elecciones. Porque, muchas veces, en los huecos encuentras los valores de esa persona, su compromiso con la vida, su capacidad de trabajar en equipo, sus esfuerzos por conciliar, su paciencia, generosidad, constancia y esfuerzo.
Ante alguien que te hable de hueco enséñale a poner en valor:
- Las decisiones que tomaste en un momento dado y que crearon ese espacio que una mente hueca imagina vacío.
- Tu fidelidad, implicación y compromiso con esa decisión.
- Tus valores y capacidad de organización.
- Tus aprendizajes, tus competencias, tu constancia.
- El éxito de tu capacidad para perseguir y lograr objetivos.
- Tus motivos como motor de la verdadera motivación.
- La visión amplia de éxito vital, esa que no habla de huecos pues sabe que en la vida no hay hueco porque cada momento está lleno de vida.
Me encanta! Es un alivio leer este texto.
Muchas gracias. Un abrazo.