Contar horas es contar horas. La hora es medida de tiempo y cada uno hace uso de la misma como puede, como quiere o como le dejan. Dentro de una hora cabe nada o cabe todo. La hora, como unidad de tiempo, es el continente, el recipiente donde metemos lo que buenamente acabaremos metiendo. ¿Cuentas horas o lo que metes dentro?
Contar horas nos da una aproximación de cuánto vamos a tardar en acabar un trabajo, pero el valor no está en las horas sino en el trabajo acabado. ¿Dónde tienes puesto el valor del trabajo? ¿Es valor un trabajo bien hecho o las horas que le dedicas a ese trabajo?
¿Dónde pones el valor de tu equipo: en su capacidad para aportar trabajo acabado de calidad o, por el contrario, sigues creyendo que a más horas mayor es su compromiso?
Trabajar no es ir a la oficina porque a la oficina le pasa como a la hora. Pasar mucho tiempo en la oficina no es estar comprometido. Estar comprometido no tiene nada que ver con irte el último de la oficina o contestar correos a las once de la noche. Tu equipo no te demostrará su compromiso si le envías correos un domingo a mediodía. Tu equipo te contestará o no, dependiendo de varios factores pero que alguien te conteste o no poco tiene que ver con el compromiso de esa persona. Si sé que te vas a enfadar y no me interesa que lo hagas te contestaré, pero porque me da una pereza horrorosa el enfado, no porque esté comprometida.
La frase ‘estás poco comprometido con la empresa’ basándonos en parámetros de espacio y tiempo es cruel, despiadada y habla mucho de con qué no está comprometido quien la pronuncia. ¿Qué te ha llevado a hacer la asociación de que alguien que conteste un correo a las once de la noche es porque está comprometido?
Hay oficinas en las que está mal irse a la hora de salida. Si queremos que nuestra gente sea puntual a la hora de entrada también debemos querer que lo sea a la hora de salir. Hay gente comprometida con la vida, con su vida, con todo lo que tienen fuera de la oficina. El que sale más tarde no está más comprometido, quizá le agobie todo lo que tiene fuera, o no tenga vida. Puede obedecer a varias cosas pero jamás medirá el compromiso con el trabajo, como mucho medirá su déficit de compromisos fuera del trabajo.
En una cadena de montaje a más horas más productividad pero no estamos hablando de estos trabajos. Los trabajos que implican conocimiento no se pueden medir en espacio y tiempo. ¿Recuerdas los cinco minutos del mecánico que sabe qué tornillo tocar? ¿Valoras las horas que se pasa delante del coche o el talento de arreglarlo en cinco minutos? ¿Dónde está el valor de ese trabajo? En las horas no, las horas no son el valor del trabajo. Horas no equivale a valor ni a trabajo terminado.
Aumentar las horas de trabajo no aumenta la productividad. Hay muchos trabajos en los que se sigue creyendo que por tener a la gente muchas horas se genera más trabajo. Poco valor estamos dando al conocimiento si no ponemos en valor todo lo que pocos minutos de trabajo bien hecho pueden solucionar.
¿Quieres controlar horas o quieres motivar a tu gente para no tener que controlar lo que hacen en cada minuto de la hora? Los equipos que están motivados comparten valores y objetivos claros. ¿Dónde queremos llegar? ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué fecha nos ponemos para llegar? El trabajo que aporta valor no se mide en horas.
Si no piensas así creerás que algo no funciona porque no se han dedicado las horas suficientes, creencia que va en la línea de a mayor esfuerzo mayor beneficio. No hay que esforzarse mucho, hay que esforzarse bien. Añadir horas no solucionará el problema si la estrategia no estaba bien diseñada. Habrá que revisar la estrategia, pero eso ya lo sabrá tu equipo sin necesidad de que se lo digas, siempre que tengas un equipo motivado, claro. Un equipo muy ocupado no es un equipo muy motivado ni se traduce en mayor efectividad, eficacia y beneficios. ¿Quieres que estén ocupados muchas horas o quieres resultados y beneficios?
Medir la productividad es medir la consecución de un objetivo, a veces serán más horas, otras menos. A veces será en la oficina, otras en casa o en la playa, a veces por la mañana, otras por la tarde o la noche. ¿Qué lógica tiene premiar la productividad en función del horario?
El valor está en el trabajo acabado, no en las horas. Esto será difícil para los líderes que siguen necesitando el control. Aquí da igual si hablamos de líderes o jefes, en realidad siempre ha dado igual. He visto autoproclamados líderes que no pueden escapar del control de la época industrial de Taylor y auténticos jefes que sin proponérselo viven en el management 3.0. La transformación digital es saber que el valor está en el trabajo acabado, lo demás es herramienta digital y, muchas veces, cuantas más herramientas digitales quieres introducir menos transformación digital estás demostrando querer hacer.
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