Yo no tengo ningún interés en hacerlo todo bien. De hecho, hay muchas cosas que hago fatal y estoy encantada con ello. Por ejemplo: dibujar. Si le pusiera mucha voluntad, una inmejorable actitud y me esforzara como una campeona seguramente mejoraría algo. Sin embargo, jamás se me ocurriría perder un minuto dibujando. Me quitaría tiempo para mejorar aquello para lo que tengo más facilidad.
Menudo estrés tendría si me creyera capaz de todo. No me quiero imaginar convencida de que no tengo límites. Iría por ahí como una loca dando bandazos empoderada persiguiendo objetivos, sin que ninguna bendita limitación me marcara el camino a seguir.
Yo, que soy de picarme, antes lo hacía con toda limitación REAL con la que me cruzaba. Ahora las veo venir. Ya no caigo en su trampa. He aprendido que mis limitaciones REALES (yo dibujando y otras dos mil más) me dan pistas hacia el camino correcto. Estoy feliz de que existan un montón de cosas que se me den fatal. Cada descubrimiento de una limitación me acerca a lo que verdaderamente me sale bien. ¿Qué sentido tendría perder el tiempo dibujando si puedo invertirlo en mejorar aquello para lo que sirvo? Porque tiempo tampoco es que tengamos demasiado. Si tuviera siete vidas quizá perdería el tiempo dibujando pero con una como que no.
Hay adultos que se creen capaces de todo. Que se han creído tanto la historia de confiar en sus capacidades que ni siquiera han comprobado si tienen capacidades o no. Allá ellos con su mala gestión del tiempo, que esto de la vida pasa rápido y yo la quiero aprovechar bien. Yo prefiero pensar que no todos servimos para todo. Que si tú puedes, yo quizá no pueda. Que si lo he conseguido yo no significa que lo puedas conseguir tú.
Conocer mis limitaciones me marca el camino a seguir y me ayuda a gestionar mi tiempo. Conocer mis limitaciones mejora mi autoestima. Porque mi autoestima no es convencerme de que hago algo bien. Es quererme un montón sabiendo que hay cosas que hago de pena. Y reírme de ello.
Me ha gustado mucho esta reflexión, es algo profundamente cierto, y creo que gran parte del problema esta en confundir las historias de éxito contra viendo y marea, tan propias de Hollywood, ya sabes esas historias que a todos nos emocionan y nos gustan, con la vida real; existen cosas, muchas mas de las que estaríamos dispuestos a admitir, para las que no tenemos una gran capacidad inicial (me pasa exactamente lo mismo con el dibujo que a ti) hace unos años llegue a una conclusión bastante chocante respecto a esto, que resulta ridículo agotarnos en sobresalir precisamente en lo que peor se nos da, como dice la canción siempre habrá alguien mas joven y mas hambriento bajando la escalera detrás de ti, así que, por lo menos, disfrutemos con lo que hemos elegido y en lo que si somos buenos, de la otra manera no hay satisfacción, solo lucha, el esfuerzo cuando se convierte en esa lucha constante es..precisamente… lo contrario al éxito 😉
Muchas gracias por tu comentario Carlos. Totalmente de acuerdo. Un saludo colega.