Me preguntan cómo hacer entender en casa lo de la igualdad. Siento decirlo así, pero si se lo tienes que explicar, si tienes que sentarte delante de tu pareja, ya entrada en años, a explicarle que las tareas son de los dos, si quieres desterrar lo del “me ayuda en casa” (dicho por ti), si tienes que hacerle entender que tú también trabajas fuera…chungo. Si se lo tienes que explicar, chungo.
Me voy a centrar aquí en la situación concreta del que no entiende que comemos los dos, ensuciamos los dos, tenemos hijos los dos, vivimos los dos. No me voy a referir al que no hace las cosas COMO NOSOTRAS QUEREMOS, porque de eso también hay y no poco. Si yo baño a los niños a las 20:00 no pasa nada si la otra persona los baña a las 20:15. No pasa nada. Si yo recojo la cocina después de comer NO PASA NADA si la otra persona lo hace veinte minutos después. Porque limpia, la deja. Y así, con todo. Porque aquí ya no es tanto que no haga nada como que no lo hace como yo quiero que lo haga. Son dos cosas muy distintas. De eso hay mucho, no me lo negaréis. Saber delegar, pero saber de verdad.
A lo que vamos, si NO ENTIENDE (o no le da la gana entender, porque tampoco es tan difícil) puedes entrar en plan guerrera, puedes enfadarte, hablarle de tus derechos. Tendrás razón en todo, pero siento decírtelo así: de poco servirá. Puedes montar pollos, gritar que ya no puedes más. Si se lo tienes que explicar, chungo.
Puedes intentar explicarle tranquilamente que eres PERSONA (telita), que estás cansada. Sin levantar la voz. No merece la pena enfadarte. Ya sabes: si se lo tienes que explicar, chungo.
Si no te entiende, no te enfades. No vale la pena enfadarte. Sal de ahí. No intentes explicarlo ni entenderlo. Si a estas alturas no entiende que LOS DOS SOIS PERSONAS por encima de vuestros roles de género, no lo va a entender por mucho que se lo expliques. Ya era así cuando lo conociste. No te engañes, lo era.
No gastes energías en educarlo. No te entiende. No le entiendes. No hay cosa más inútil y que desgaste más que educar a un adulto. Sal de esa situación como puedas.
Sal mentalmente. Sal físicamente. O aceptando o liquidando. Si aceptas, porque no puedes salir o porque no te da la gana, recuerda que has aceptado. No caigas en la queja continua hasta que la muerte os separe. No vayas con el monotema dando la lata a todo el mundo. Asume, haz y mira para otro lado. Sin quejas, has aceptado.
Si liquidas, no te enfades, ya era así cuando le conociste. Simplemente liquida. Bye, bye, que tengas suerte en la vida. Con la cabeza bien alta. No vale la pena enfadarse.
La persona que se quiere (sea hombre o mujer) se respeta, se cuida y actúa en consecuencia. La persona que se quiere aprende a tomar decisiones por mucho que le cuesten. Aprende a renunciar. Aprende a salir de la queja. Acomodarnos en la queja es una forma cruel de irnos matando día a día.
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