Ser madre es una elección. Lo digo por esas que recuerdan cada dos por tres lo que han sacrificado por ser madres. Habrás dejado de hacer cosas, como todas. Es normal que de la responsabilidad de ser madre salga algún sacrificio. Si cualquier decisión de responsabilidad ya trae consigo alguna renuncia, ser madre no iba a ser menos. Habrás renunciado a cosas. Habrás ganado otras. Como todo en la vida.
Porque es un poco feo que los hijos crezcan oyendo todo lo que ha sacrificado la madre por ellos. Ser madre empezó siendo una elección, no un sacrificio.
Hoy es siempre todavía.
La llamaré María. María es el nombre ficticio de una mujer joven y maravillosa a la que llevo tiempo atendiendo. María es una mujer que me ha dado permiso para publicar una maravillosa carta que se escribió a sí misma. María llegó a mí con una potente voz interior que...
0 comentarios